Las últimas doce horas

Por Rafael Fernández Tomás
Ex diputado en México y nieto de Belarmino Tomás


Para poder entender esas horas finales del Consejo Interprovincial y Soberano de Asturias y León, hay que saber que Asturias tuvo que enfrentar, a diferencia de Galicia, Santander y el País Vasco, acontecimientos severos que se deben tener en cuenta en el análisis de esas 12 horas.

A diferencia de Galicia, que se sublevó desde el primer día y que mandó sus tropas el 17 de octubre para fortalecer Oviedo y al coronel Aranda; a diferencia de Santander, que, como decía Queipo de Llano, “la tomamos por teléfono”, y a diferencia del País Vasco que pactó con Mussolini, todo el peso cayó sobre Asturias. El Consejo tuvo, pues, que gobernar en pleno con sus 52 decretos, emitir moneda y un sistema postal propio; enviar tropas para fortalecer a Santander y Bilbao, y defender su territorio en lo que José Antonio Cabezas definió como la 'línea Maginot Cantábrica', siendo su máxima expresión la hazaña de Higinio Carroceda en El Mazuco. “Las tropas asturianas regresaban desmoralizadas de ver en Bilbao a los jóvenes pasear tranquilamente por la ciudad, cuando ellos venían de su tierra para escalar las montañas y defenderlos”(D-1). Finalmente, acosados por cielo, mar y tierra por las fuerzas franquistas, desgastados y sin armas ni municiones (aunque los días 24 y 25 de septiembre se reunió el Consejo y el coronel Prada alertó de que si no había armas y cruzaban el Sella y luego Villaviciosa, no había ninguna esperanza militar), los consejeros que fueron a Valencia encontraron respuesta positiva: el 'Reyna'… Éste llegó a Gijón el 17 de octubre”.
Con la situación militar perdida, la evacuación que había sido encargada a consejero de Marina Valentín Calleja no pudo ser terminada. Deberían estar listos los barcos, con carbón y provsiones, para evucuar entre 50.000 o 60.000 personas.

 
  Belarmino Tomás, pasa revista a las tropas asturianas
  en Gijón en 1937. / Archivo Municipal de Gijón
 

Por ello, con parte del ejército superviviente, con los republicanos asturianos atrapados, con los vascos ya organizados bajo los túneles para subir los primeros a los barcos; con los santanderinos en territorio asturiano, a las 12.30 del 20 de octubre de 1937 se runió de forma extraordinaria el Consejo con todos sus consejeros, a excepción de Amador Fernández (estana en Francia preparando la llegada de los evacuados) y el coronel Prada, jefe del Ejército. Se hizo una evaluación y se decidió la evacuación, así como la destrucción de todo el material militar. Pero, ¿qué iba a pasar con los prisioneros? Hubo acuerdo en todo. Prada pidió 2 horas para saber de qué barcos disponía y, en relación con los prisioneros, los únicos que estuvieron en contra de que se les respetara la vida fueron los consejeros de Agricultura, Comunicaciones e Instrucción Pública, los tres del Partido Comunista.

 
  Tumba de Belarmino Tomás en el cementerio español
  de la ciudad de México en un homenaje de sus
  compañeros y familiares en 1950 . / EL COMERCIO.
 

Dicha reunión fue dividida en dos partes: la del Consejo y la de los consejeros, tras consultar a sus organizaciones.
“ Se reunió el Consejo de Asturias y León (véase apéndice I) y se acordó la evacuación propuesta por el coronel Prada. Dicha evacuación fue un rotundo fracaso. A las siete y media de la tarde se encontraban en el puerto de El Musel la mayor parte de los consejeros… Desde las 6 de la tarde, gran parte del Estado Mayor estaba a bordo del torpedero y éste anclado en la mitad del puerto. A las ocho menos cuarto llegó el delegado del Gobierno a El Musel, acompañado por los consejeros que faltaban. Reunidos éstos en el puerto se encontraron con que no tenían barco para embarcar. El consejero de Pesca localizó a un amigo suyo que tenía en el dique Norte un pesquero de 40 toneladas, el 'Abascal', que estaba cargando gente. Volvió por el resto del Consejo. Subieron al barco, que no llevaba agua ni provisiones, y en compañía de varios milicianos y oficiales, haciendo de fogonero un capitán de Milicias, turnándose en el puente un policia y un consejero, salimos de El Musel a las ocho y cinco. Llegamos 46 horas después al puerto de Douarnenez, en la Bretaña francesa, de donde pasamos a la España leal ponernos a disposición del Gobierno de la República”.

((Informe presentado al Gobierno una vez fuera de Asturias. Ultima acta del Consejo, en Gijón, el 20 de octubre de 1937).